Antes de comenzar a hablar del paisaje y de todo lo relacionado con ello, me gustaría hacer un breve inciso para dedicar un pequeño apartado al gran abanico de olores que podemos percibir en las diferentes estaciones del año.
Existen multitud de palabras para denominar al término olor: fragancias, aromas, perfumes ... pero todos ellas están ligadas a sensaciones, emociones y experiencias que nos permiten recordar.
Von on Have dice lo siguiente acerca del olor:
"Nuestro sentido del olfato es 10,000 veces más sensible que cualquier otro de nuestros sentidos y que el reconocimiento del olor es inmediato. Otros sentidos similares, como el tacto y el gusto deben viajar por el cuerpo a través de las neuronas y la espina dorsal antes de llegar al cerebro, mientras que la respuesta olfatoria es inmediata y se extiende directamente al cerebro. “Este es el único lugar donde nuestro sistema nervioso central está directamente expuesto al ambiente.”
El olor puede ser definido como la percepción de ciertas moléculas volátiles que se encuentran en la atmósfera. Este olor proviene de la mezcla de moléculas que le dan sus características distintivas, de modo que lo que percibimos como un olor encierra más cosas que simples sensaciones, haciéndonos viajar al pasado reviviendo un momento que puede ser agradable o no.
Todos los olores que percibimos generan que nuestras neuronas olfatorias se exciten, haciendo que asociemos ese olor al lugar dónde lo hemos percibido. Esto mismo ocurre con los paisajes, que se caracterizan por tener olores característicos. Por ejemplo, cuando vamos de vacaciones a la playa, el mar tiene un olor que nos hace recordar que es el mar o cuando se presentan lluvias podemos percibirlas sin que hayan comenzado, puesto que empieza a oler a húmedo y fresco. Algo parecido ocurre con los distintos tipos de árboles y flores, pero en este caso, cada planta produce su propia combinación de moléculas que hace que cada fragancia sea distintiva.
Hablando de flores, siempre que viajo me encantar traer algún recuerdo característico del lugar y hace unos años tuve la suerte de viajar a Francia, entre los sitios que visité se encuentra La Provenza. Aún hoy en día cada vez que huelo la flor de lavanda muchos recuerdos se me vienen a la mente, puesto que si viajas allí podrás encontrar grandes campos de cultivo de esta flor.
En definitiva, si algo caracteriza a los olores es que tiene gran personalidad y fuerza para evocarnos a recuerdos. Ante el paisaje deberíamos abrir la mente y no sólo contemplarlo con el sentido de la vista. Es cierto que los olores tiene una gran capacidad sugestiva pero "si una imagen vale más que mil palabras", ¿cuánto valdrá un olor?
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